Hace más de 130 años, se colocaron los cimientos de esta casa, y durante décadas languideció en el abandono, al borde del colapso en cualquier momento. Los posibles compradores apenas le dedicaron una segunda mirada, descartándola como un caso perdido.
Sin embargo, el destino de esta antigua y majestuosa estructura dio un giro sorprendente cuando Jim y Jean Leaman, jubilados locales, decidieron intervenir. Presenciar el constante deterioro de la casa solo profundizó su admiración por su belleza arquitectónica clásica, lo que los llevó a adquirirla.
Dedicando cinco años de dedicación incansable, emprendieron la monumental tarea de resucitar esta reliquia en ruinas en un lugar de encanto, uno que todos podemos llamar cómodamente hogar.
La metamorfosis que se desplegó es asombrosa, especialmente cuando se ingresa al interior.
Aquí tienes la casa en su estado inicial:
Y ahora, después de una minuciosa restauración:
Adentrarse en el interior te dejará sin aliento; es como si hubieras entrado en una escena de una película de Harry Potter. Los suelos cuentan con una mezcla de cinco tipos de madera diferentes, y los tonos vibrantes se filtran a través de los paneles de vidrio artesanal meticulosamente elaborados.
El segundo piso alberga cinco habitaciones, cada una con su decoración única y cautivadora.
Pero quizás el espacio más encantador se encuentra en el ático, un lugar perfecto para una oficina.
Desde sus humildes comienzos hasta su actual y esplendoroso estado, la transformación es casi increíble.
Ciertamente, exigió una inmensa cantidad de esfuerzo, tiempo y recursos, pero al final, lo que una vez fue una ruina ha renacido en un refugio cálido y acogedor.