«El diagnóstico de hemorragia cerebral de Sharon Stone se retrasó debido a una creencia errónea del personal médico.»

En 2001, Sharon Stone, ganadora de un Emmy, tuvo una hemorragia cerebral y, en una entrevista reciente, compartió que los médicos inicialmente no creyeron en sus síntomas.

En 2001, Sharon Stone sufrió un derrame cerebral que causó sangrado en su cerebro durante nueve días. Sus posibilidades de supervivencia eran solo del 1%, por lo que se tomó un descanso de su trabajo en Hollywood.

En una conversación con la revista Vogue, la actriz, famosa por su papel en «Instinto Básico», recordó que fue al hospital debido a un dolor de cabeza repentino y muy severo.

Ella dijo: «Recuerdo haber despertado en una camilla y preguntarle a la persona que la empujaba hacia dónde íbamos. Me dijo ‘cirugía cerebral’. Un médico había decidido, sin mi permiso, hacerme una cirugía cerebral exploratoria».

Continuó: «Lo que aprendí de esta experiencia es que, especialmente cuando no tienes una médica, las preocupaciones de las mujeres a menudo no son tomadas en serio en un entorno médico».

El personal médico inicialmente pasó por alto su hemorragia cerebral porque no le creyeron. Stone dijo: «No lo vieron en la primera angiografía y pensaron que yo estaba fingiendo».

Sin embargo, su mejor amiga defendió su caso y convenció a los médicos para que realizaran otra prueba, que reveló la hemorragia. «Estaba sangrando en mi cerebro y mi arteria vertebral se había roto. Habría muerto si me hubieran enviado a casa».

La recuperación fue muy difícil para ella. Tuvo problemas para caminar, perdió mucho peso y su rostro se caía hacia un lado. También tuvo problemas de habla y pérdida de memoria. Experimentó un dolor insoportable durante su recuperación. Sentía como si tuviera bultos dolorosos en la cabeza y el dolor era intenso.

Veinte años después, decidió compartir sus problemas de salud con el público, aunque le preocupaba cómo reaccionarían las personas. Admitió que había ocultado su discapacidad y tenía miedo de salir porque pensaba que la gente no la aceptaría.

También mencionó que sus problemas de salud tuvieron un impacto significativo en su carrera y no fue contratada para roles con tanta frecuencia porque la consideraban una «contratación por discapacidad».

Ahora, Stone forma parte de la junta directiva de la Fundación Neurológica Barrow, que apoya al instituto médico dirigido por su neurocirujano, el Dr. Michael Lawton, en Arizona.

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