Susan Boyle se hizo famosa hace más de 10 años cuando apareció en «Britain’s Got Talent». En su primera audición, impresionó a todos con su canto, especialmente con «I Dreamed a Dream». El video de ese momento se volvió viral, y Susan rápidamente se convirtió en una estrella.
Antes de su gran oportunidad, Susan era una trabajadora de caridad desempleada que vivía con su gato, Pebbles. Después de su increíble audición, ganó millones a través de las ventas de álbumes y se convirtió en una sensación internacional. En su primer año como superestrella, ganó $6.8 millones.
A pesar de su éxito, Susan ha mantenido los pies en la tierra. Todavía vive en la casa de su infancia en Blackburn, Escocia, que compró en 2010. A diferencia de muchas celebridades, no ha mostrado su riqueza y prefiere mantenerse conectada con sus raíces.
Susan nació el 1 de abril de 1961, en una familia modesta con cuatro hermanos y seis hermanas. Sus padres eran inmigrantes de Irlanda, y vivían en una casa del consejo en West Lothian, Escocia. Incluso ahora, Susan reside en la misma casa donde creció.
En lugar de vivir en una mansión elegante, Susan decidió convertir su casa de la infancia en la casa de sus sueños. Recientemente la renovó, agregando una hermosa sala de piano, una amplia cocina y una acogedora sala de estar llena de fotos familiares.
La casa de Susan refleja su naturaleza sencilla y cariñosa. Arriba, comparte recuerdos de la habitación que una vez compartió con sus hermanas y habla sobre su amor de infancia por The Osmonds.
Susan siempre ha sido abierta sobre su deseo de encontrar el amor verdadero y tener una pareja a largo plazo. Quiere que esa persona se mude a su casa porque no tiene planes de irse. A pesar de no tener hijos propios, Susan ama a los niños y está considerando la adopción o convertirse en madre de acogida.
A sus 60 años, Susan Boyle continúa viviendo una vida tranquila y humilde en la casa que guarda preciosos recuerdos para ella. Su historia es un recordatorio de que, a pesar de su fama, sigue siendo una persona común que valora las cosas simples de la vida.